La Pasión de Conocer Marruecos… Festival de Dátiles de Erfoud
Dulces, tiernos, suaves… dátiles. ¡No te los pierdas!
Marruecos es el octavo productor mundial de dátiles por su actividad recolectora concentrada en los valles y oasis de Tata, Draa, Figuig y Tafilalet; en toda la franja al sur de la cordillera del Gran Atlas.
La ciudad de Erfoud, en el valle del río Ziz, donde las casas de adobe se aprietan junto al verde oasis del palmeral entre las montañas y el desierto, se convierte cada otoño en la capital del dátil. La celebración del Salón Internacional del Dátil rompe la quietud propia del lugar: con su cortejo de ministros y visitantes ilustres que son una rareza en estos parajes y la visita de gran cantidad de turistas dispuestos a contemplar las danzas y la música más folclórica en honor de los pequeños y dulces frutos.
Asimismo numerosas tribus del Tafilalt, que viven en esta zona conocida por la agricultura de los dátiles, se reúnen en Erfoud para celebrar esta fiesta y exponer su producto en un gran zoco que suele durar tres días. Erfoud se vuelve capital del Guetna durante tres días para dar por finalizada la cosecha.
Pero Erfoud también puede resultar interesante cualquier día del año. No dejes de visitar nuestras rutas al desierto que incluyen esta población. Erfoud, es la puerta del desierto, sus calles están decoradas con paisajes lugareños pintados en murales y las casas y sus colores se funden con los colores terrosos del terreno encantando a cualquiera que pase por allí. Aunque no es una ciudad tan comercial y popular como puede ser Marrakech, lo cierto es que en su calle comercial encontrarás casi todo lo que necesites. Lo más destacado de Erfoud es la amabilidad de su gente, su simpatía, hospitalidad y humildad, lo cual comprobarás si tienes la oportunidad de relacionarte con ellos.
Desde Erfoud podemos organizarte tus salidas en camello o 4×4 por las dunas del desierto de Erg Chebbi, incluso una noche en el desierto en haimas bereberes auténticas bajo las estrellas.
Los dátiles que en estos días se cosechan en todo Marruecos son un componente imprescindible de la cultura gastronómica del país. La mayor parte de las diversas variedades se recoge mediante el corte del racimo a golpe de machete, pero algunas variedades nobles requieren una recolección más delicada como el mejhul, el dátil más apreciado por su gran tamaño y alta calidad, que se recoge uno por uno desde lo alto de la palmera.
El mejhul, con alto porcentaje de pulpa de fruta, aparte de ser delicioso es de las variedades que tienen mayor valor comercial: un kilo puede alcanzar hasta 200 dirhams (unos 18 euros).
No dejes de perderte la vida en esta zona de Marruecos, disfrutaras de lo auténtico.
“… cuando plantas una palmera, ésta se queda contigo para siempre”
AzulAventuras
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